11/15/2010

Misiones - Saltos Metal Fest 3 - Gira Nave Astra

Amigos, alcohol, mucha comida, demasiada buena onda, agua, sol, calor, más comida, más buena onda, y demasiado METAL. Crónica de un fin de semana increíble en Misiones con Nave Astra, banda de la cual soy el cantante.

El viaje iniciaba con nervios e interminables llamadas por teléfono, debido a las reprogramaciones y variaciones de los queridos empleados de Ezeiza. Cuestión que pudimos viajar los 10 juntos directo a Iguazú: Germán (bajista), Lara batería y su chica, Lara guitarra y la suya, Javi con su mujer y su nena (un verdadero amor la peque), Nico el samplerista y yo.

Apenas aterrizamos, nos dirijimos sin escalas al parque de las cataratas. El acento misionero me empezaba a encantar, y el de nuestro chofer de combi era bastante agradable, inspiraba simpatía y chispa. Intentó una viveza criolla al querer mentir en la entrada al parque diciendo que éramos todos misioneros, pero el intento de engaño duró poco. Muchísimo calor y un día espectacular. Verde por doquier, demasiado brasilero quilombero que eran parte de una especie de reunión de motoqueros (y a decir verdad eran insoportables), animales para todos los gustos, y obviamente agua. Lara's girl, misionera, fue la guía en el parque. Caminata en el sol, sendero asfaltado rodeado de bosque que parecía pintado. De vez en cuando un coatí, una iguana o algún que otro ave de colores azulados.

La banda payaseando

Ya en la estación Cataratas (el parque tiene un trencito interno de 3 estaciones para aliviar algunas distancias muy largas), encontramos al grupo de brasileros que, tal como hacen ellos en los partidos de futbol, vitoreaban cualquier pedorrada. Motoqueros con cuero y tachas en el sol misionero: ri dí cu los. Como eran bastantes, la espera fue algo larguita. Pero valió la pena.

Estación tren interno

Germán en la cola

Al bajar en la estación Garganta del Diablo, se inició otra caminata larguita. Camino rodeado por bosque y alternándose con río, pero esta vez en una especie de puente hecho de rejilla metálica.

Camino de rejilla

Final de la pasarela: uno de los mejores espectáculos para ver. Desde arriba, ver caer tanta agua, con una fuerza descomunal, contrastando una naturaleza intensa. Nada nuevo si consideramos que lo muestran en todos los documentales, pero vivirlo es lo que lo hace único.

Garganta del diablo

Garganta del diablo

Emprendimos la vuelta a la parte central del parque, y fue la hora de comer. Gracias a un Diego inspirado que preguntó en el lugar adecuado, terminamos comiendo como bestias en un tenedor libre por la módica suma de $45. Vale destacar que la calidad era muy buena. Lo mejor fue el postre de Nico.. por unos minutos, Vale (Maxi's girl) creyó que eran ñoquis con chocolate.. pero no, solo era banana con 1kg de dulce de leche repostero.

Una vez llenitos de comida y alcohol, salimos para el circuito inferior. Objetivo: ver el agua caer sobre nosotros. Otro camino de rejilla, muchos más coatíes, pero unas lindas murallas de verde... Hasta que el agua se hizo presente. La verdad, sacar fotos era demasiado fácil. Donde apuntaba, sacaba un fondo de pantalla. Paisaje paradisíaco.

Iguazú

Iguazú

De pronto, nos encontramos con una pared de agua. Imponente catarata que caía directo sobre la gente osada que quería mojarse. Creo que es lo único que pudo desbancar a la Garganta del Diablo.. un orgasmo a las retinas. Y la verdad, una fuerza que contagia.

Circuito Inferior

Circuito Inferior

Ya chochos, con la sonrisa gigante, nos volvimos a la combi para ir al camping que nos esperaba, donde se estaba desarrollando el Saltos Metal Fest 3, y donde teníamos que tocar 6 horas después. De más está decir, que por las pocas horas que había dormido, me apoyé todo el viaje en la ventana roncando.. y soñando con cataratas.

Fue uno de los ambientes menos imaginables en el camino... Bien metal, todo.. Sin agua caliente, sin nada de señal, campo campo, un escenario con una calidad de sonido BUENISIMA, gente agitando, bandas reventando, y una iluminación epiléptica nos avisaba de lejos que el festival ya estaba en su curso normal.
Nuestra performance fue, a mi parecer, la mejor de todas hasta ahora. Musicalmente sonamos como siempre, parejos pero con pequeños desaciertos, como toda banda de menos de 1 año juntos, alternando potencia con melodía, y gancho con agresividad. El show fue la diferencia. Los trajes saltaban y giraban por todo el escenario, Germán como siempre frenético jugando con el público, Maxi, Javi y Lara revoleando la cabeza como nunca, Nico (a pedido nuestro) salía de atrás de los samplers para agitar y filmar a la gente, y yo estaba con muchas ganas de romper todo, así que eso logramos... Mucha potencia, y terminamos tan contentos como cansados. Muchos halagos, muchas sonrisas, algunas firmas, otros pedidos de dirección de facebook, y llegó el sueño. Momento de ir a la cama, y literalmente caímos desmayados.

8am, todos arriba.. todos? No, Nico no estaba. Bueno, desayunamos usando la ex bandera como mantel, y momento de recorrer el paraíso que pasó desapercibido a la noche. Primeros metros en el camino rural, y una linda coral se nos cruzó. Luego de los gritos, seguimos y nos dimos cuenta que el mirador carecía de la belleza que sí tenía el arroyo y los saltos, así que ahí fuimos. A caminar entre las rocas, y divertirse en el agua (divertirse hasta que me rompí todo al caerme, claro, jaja) para que nos de un hambre monumental nuevamente. Esta vez, el almuerzo nos tiró la fuerza al suelo, y la post comida fue una linda charla casi acostados en la brisa con Joel, quien nos entrevistó para su programa de radio.

Nave Astra en vivo

Nave Astra en vivo

Nave Astra en vivo

Así como quien no quiere la cosa, se hizo la hora de irnos, y con caritas medio larguitas, emprendimos el camino al aeropuerto de Posadas.. donde nos enteramos que se retrasaba el vuelo una hora más. Solución: brindis con Stellitas Artois heladas... OBSERVACION: Ninguna cerveza de las que tomamos en Misiones estaba fuera de la temperatura ideal.. no me pregunten por qué, pero todas eran perfectas.

Avión y a casita.. y a la rutina... atrás quedaba Misiones con su verde y rojo, un fin de semana ideal donde me sirvió para sentirme más unido a la banda, el festival musical que nos encontró en el show más inspirado, y los torrentes de agua energizantes.... La felicidad hecha viaje.


11/12/2010

“El motor de los deportistas dejó de ser la pasión, siendo ahora el dinero y la publicidad personal”


No solo el nivel de los atletas cambió con el tiempo, sino también sus ingresos y requerimientos no únicamente de parte del público, ya que los mismos clubes son los que invierten una cantidad abultada de dinero para exigirles el éxito casi instantáneo, y un alto volumen en ventas de merchandising y publicidad o sponsoreo para así poder amortizar el gasto.


Esta imposición de la venta de su imagen y la presión por triunfos importantes que condicionan sus contratos limitan el “placer” de realizar deporte, y enfocan el mismo en el dinero, como también en su éxito personal y no colectivo, deteriorando el espíritu competitivo, acortando las carreras deportivas, e incluso acarreando problemas físicos debido a la alta exigencia corporal de las ligas de hoy en día, en la cual solo los mejores logran destacarse sin poder resignar ni un solo minuto a la preparación definitiva para afrontar las largas agendas anuales a las cuales están expuestos, e incluso el acecho de los medios en el deporte.


Incluso los contratos televisivos o de video juegos son modificados dependiendo de los inversores, y del monto pagado a cada participante de los diferentes eventos. Un ejemplo claro, es el de la Liga de Futbol Española, que paga un apartado a cada jugador que se deje mostrar en primer plano o incluso, de entrevistas fuera de lo pactado por cada club.


Como consecuencia, podemos ver deportistas de excelente calidad que son influenciados negativamente por las presiones psicológicas, pero también otros de gran nivel que se potencian debido a la fortaleza que ganan a muy temprana edad. El presente del deporte está marcando cada vez más la diferencia de madurez personal entre atletas y profesionales del mismo nivel, que son menos constantes al ser más vulnerables a las exigencias de sus autoridades e instituciones que les solicitan grandes logros en cuestión de pocos meses, como así también de los periodistas que no solo tratan a toda costa de conseguir información sobre los mismos, sino el atosigamiento tiempo completo a los cuales son sometidos, ya sea por búsqueda de escándalos o por estrategia de ventas.


Rápidamente podemos asociar esta necesidad imperiosa de productividad en corto plazo con un caso reciente, como es el de Cappa en River o el mismo Borghi en Boca, donde sendos prestigiosos entrenadores están siendo cuestionados e incluso llevados a la renuncia a al menos uno de ellos por falta de resultados, cuando fueron sin duda dos de los técnicos mejor catalogados de los últimos años en el futbol local, pero que no pudieron encontrarse con un estilo fiel a la necesidad de los clubes dominantes en Argentina.


Sin embargo, la diferencia monetaria entre los contratos deportivos de antes con los de ahora no solo condicionan su duración en cada institución, sino también de a poco van devaluando el nivel de las competencias y de los demás equipos. Esto se debe a la diferencia entre las posibilidades que pueden tener ciertos clubes de incoporar a sus plantillas a super deportistas con contratos multimillonarios donde garantizan ingresos lejos de cualquier lógica para clubes, por ejemplo, de la segunda división. Esta es una de las consecuencias más estudiadas en los últimos años por las federaciones, en especial por la UEFA ya que implementó el Dóping Económico, donde restringe a las instituciones en su posibilidad de gastar más de lo que deben, evitando así deudas innecesarias y desventajas demasiado marcadas como se ve en España e Inglaterra, con claro dominio de los mismos equipos cada temporada, con inversiones gigantes.


El caso más resonante de super contratos es el de Cristiano Ronaldo por el que el Real Madrid pagó 132 millones de dólares, siendo así el pase más caro de la historia, y rentabilizándolo en tan solo un año si tenemos en cuenta nada más que la venta de camisetas. A este número le debemos agregar el 40% de derechos de imagen que le quedan al club merengue por los otros 4 años de contrato faltantes, y nos daremos cuenta de la magnitud de ganancias que se manejan en el ambiente futbolístico de élite.