“El motor de los deportistas dejó de ser la pasión, siendo ahora el dinero y la publicidad personal”
No solo el nivel de los atletas cambió con el tiempo, sino también sus ingresos y requerimientos no únicamente de parte del público, ya que los mismos clubes son los que invierten una cantidad abultada de dinero para exigirles el éxito casi instantáneo, y un alto volumen en ventas de merchandising y publicidad o sponsoreo para así poder amortizar el gasto.
Esta imposición de la venta de su imagen y la presión por triunfos importantes que condicionan sus contratos limitan el “placer” de realizar deporte, y enfocan el mismo en el dinero, como también en su éxito personal y no colectivo, deteriorando el espíritu competitivo, acortando las carreras deportivas, e incluso acarreando problemas físicos debido a la alta exigencia corporal de las ligas de hoy en día, en la cual solo los mejores logran destacarse sin poder resignar ni un solo minuto a la preparación definitiva para afrontar las largas agendas anuales a las cuales están expuestos, e incluso el acecho de los medios en el deporte.
Incluso los contratos televisivos o de video juegos son modificados dependiendo de los inversores, y del monto pagado a cada participante de los diferentes eventos. Un ejemplo claro, es el de la Liga de Futbol Española, que paga un apartado a cada jugador que se deje mostrar en primer plano o incluso, de entrevistas fuera de lo pactado por cada club.
Como consecuencia, podemos ver deportistas de excelente calidad que son influenciados negativamente por las presiones psicológicas, pero también otros de gran nivel que se potencian debido a la fortaleza que ganan a muy temprana edad. El presente del deporte está marcando cada vez más la diferencia de madurez personal entre atletas y profesionales del mismo nivel, que son menos constantes al ser más vulnerables a las exigencias de sus autoridades e instituciones que les solicitan grandes logros en cuestión de pocos meses, como así también de los periodistas que no solo tratan a toda costa de conseguir información sobre los mismos, sino el atosigamiento tiempo completo a los cuales son sometidos, ya sea por búsqueda de escándalos o por estrategia de ventas.
Rápidamente podemos asociar esta necesidad imperiosa de productividad en corto plazo con un caso reciente, como es el de Cappa en River o el mismo Borghi en Boca, donde sendos prestigiosos entrenadores están siendo cuestionados e incluso llevados a la renuncia a al menos uno de ellos por falta de resultados, cuando fueron sin duda dos de los técnicos mejor catalogados de los últimos años en el futbol local, pero que no pudieron encontrarse con un estilo fiel a la necesidad de los clubes dominantes en Argentina.
Sin embargo, la diferencia monetaria entre los contratos deportivos de antes con los de ahora no solo condicionan su duración en cada institución, sino también de a poco van devaluando el nivel de las competencias y de los demás equipos. Esto se debe a la diferencia entre las posibilidades que pueden tener ciertos clubes de incoporar a sus plantillas a super deportistas con contratos multimillonarios donde garantizan ingresos lejos de cualquier lógica para clubes, por ejemplo, de la segunda división. Esta es una de las consecuencias más estudiadas en los últimos años por las federaciones, en especial por la UEFA ya que implementó el Dóping Económico, donde restringe a las instituciones en su posibilidad de gastar más de lo que deben, evitando así deudas innecesarias y desventajas demasiado marcadas como se ve en España e Inglaterra, con claro dominio de los mismos equipos cada temporada, con inversiones gigantes.
El caso más resonante de super contratos es el de Cristiano Ronaldo por el que el Real Madrid pagó 132 millones de dólares, siendo así el pase más caro de la historia, y rentabilizándolo en tan solo un año si tenemos en cuenta nada más que la venta de camisetas. A este número le debemos agregar el 40% de derechos de imagen que le quedan al club merengue por los otros 4 años de contrato faltantes, y nos daremos cuenta de la magnitud de ganancias que se manejan en el ambiente futbolístico de élite.
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